Cambiar un fregadero, cómo hacerlo nosotros mismos

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cambiar un fegadero

Cambiar un fregadero es una tarea que puede resultar o muy sencilla o muy costosa, todo depende de la reforma que queramos realizar en nuestra cocina. Si habéis decidido que vuestra cocina está un poco antigua y queréis renovarla por completo vosotros mismos, sin muchas complicaciones, deberéis escoger un fregadero con las mismas dimensiones de nuestra antigua pila, si queréis escoger otro tipo de fregadero, con otras dimensiones, es posible que necesitéis la ayuda de un especialista en fontanería como los fontaneros de Aquisoluciones.

Elegir el fregadero

Lo primero que debemos hacer es tomar las medidas exactas de nuestro fregadero para conocer cuál es el que se adapta mejor al espacio que tenemos, al igual que también es fundamental medir la encimera en la que irá colocado el fregadero. Después de esto ya podemos dirigirnos hacia nuestra tienda para seleccionar nuestro nuevo accesorio de cocina.

Ahora bien, ¿Cuál es el mejor? Hay que tener en cuenta que un fregadero es algo que se usará mucho y que no se suele cambiar tan a menudo. Es por ello por lo que es imprescindible escoger buenos materiales para el nuevo aparato. Nosotros recomendamos los de acero inoxidable o los de acero esmaltado ya que son los más duraderos.

Una vez comprado es importante pedir ayuda a algún amigo o familiar ya que son materiales pesados y si no estamos acostumbrados a ellos puede que al final los rompamos. También recomendamos llamar a un especialista para su colocación si no estáis seguros con la pequeña obra en casa.

Realizar la instalación

El primer paso para cambiar un fregadero es el de cerrar el paso del agua de los antiguos grifos del fregadero. Seguidamente se tendrán que desmontar las tuberías para retirar el aparato del que queremos deshacernos. Una vez despejada la zona deberemos empezar a colocar el nuevo lavadero. Lo más habitual es comprar un fregadero moderno con grifos incorporados por lo que se tendrán que serrar las antiguas tuberías de la pared que daban paso al agua.

Una vez hecho lo anterior debemos apoyar el fregadero sobre la encimera, o sobre la base si es que la tiene, e introducir los grifos en los agujeros del fregadero que están detrás de la pila. También es necesario montar la salida del desagüe y el sifón de forma correcta. Dejamos esto y a continuación deberemos conectar a la tubería de impulsión y a la de agua caliente un tubo de 15 mm de diámetro en cada una de esas cañerías. Una vez conectadas deben unirse a los grifos que les corresponda mediante un tubo flexible de cobre. Finalmente se deberá ajustar por completo.

Lo último que tendremos que hacer es conectar el sifón a la tubería de desagüe y ajustarlo todo muy bien para que no haya riesgo de fuga. Ya tenéis vuestro fregadero conectado y listo para usarlo, todo depende del tipo de fregadero que se haya escogido y del acabado que queráis darle.

Fregadero con grifos murales

Los fregaderos con grifos murales son más sencillos de instalar ya que no habrá que serrar los tubos, simplemente hay que encajar la pila en el espacio del fregadero anterior y conectar los tubos de la misma forma que el anterior fregadero moderno.

Cambiar un fregadero es una tarea sencilla si os gustan las reparaciones, pero si creéis que esto no es lo vuestro no os preocupéis, un experto fontanero os ayudará y os montará el nuevo accesorio de cocina en muy poco tiempo ya que es una tarea que se realiza muy a menudo. ¿Has pensado en cambiar el fregadero de tu cocina? Ahora podrás hacerlo fácilmente.

Foto ||  Hogarmanía

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